Mi propio Daytona


Hoy fui a hacerme mi control ginecológico anual y es cantado, cada vez que me recuesto en esa camilla pienso ¿cómo es que alguien dedica su vida a mirar pussies?
Sacando los chistes que se puedan hacer sobre el tema, cLaramente machistas, en serio me pregunto: "Man, de toda la anatomía humana disponible, ¿qué te lleva a estudiar esta parte en particular?", ¿es de lesbiana reprimida?, ¿es de masoquista?, ¿es de morbosa?

Ninguno de los posibles perfiles que -a mi humilde parecer- encajarían con la descripción de una persona con las cualidades ante dichas se condice con el dulce rostro de Mónica. Ese rostro que no puedo mirar mientras, dedicada a su faena, opta por el silencio en lugar de rellenarlo con conversaciones puramente fáticas.

Pasado el extraño momento de falsa penetración, se higieniza y me comenta que al parecer todo está en orden. Yo respiro aliviada, ese mundo que se esconde en el conducto más recóndito y que jamás pude ni podré ver parece estar en óptimas condiciones.

Hecho el service de los ¿?¿?¿? kilómetros, vuelvo a mi casa, penetrada pero sin orgasmo. Y encima a estudiar, ¡qué injusto todo!

Chicas, cuélguense con la depilación, el dentista, el peluquero y la manicura, pero no con el papanicolau, I MEAN IT.

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